Más Hamptons

El verano sigue como cañón y salvo algunos días de calor infernales todo pinta más bonito. La gente no quiere trabajar tanto, se organizan happy hours en los roof tops, oscurece a las 9 de la noche (con lo cual siempre se sale de dia de la oficina!) y otras tantas ventajas.
Quizás una de las mejores es escaparse de la ciudad a la playita. Los Hamptons nos están tratando de lujo con una casa maravillosa, un mar gélido y casi hipotérmico (no me vuelvo a quejar del frio en el mar de Lima!), y una vida nocturna que pone como no se imaginan.
Todo esto coincide con el fin de un proyecto bastante pesado que me ha tenido alejado del gimnasio y acercado a tentaciones gastronómicas. El lunes empiezo a ponerme al día!

A la mexicana

Viva México, cabrones! dicen por allá. Al margen de la humillante (y ya casi acostum- brada) goleada en contra de nuestra selección de fútbol, me tocó visitar México el fin de semana para el (masivo) matrimonio de un gran amigo del MBA.
De jueves a domingo la pasamos de lujo con una derrochadora serie de actividades y el matriqui en Valle de Bravo (a.k.a. la suiza de México) que sirvió de reunión HBS después de un año de graduados. Por temas judíos (y contribuciones logísticas) la ceremonia empezó tarde (medianoche), la fiesta mucho más (como a las 2) y el final.. bueno, ya se imaginarán!

Hamptons, baby!

Empezó el verano con toda la furia y con él nuestro propio veranito en los Hamptons. Junto con algunos amigos del mba hemos alquilado una "casita" nada más y nada menos que en la playita más chic del verano neoyorquino!
Un casa de 5 dormitorios (y felizmente igual número de baños!) con una piscina espectacular y lo más importante para mi: una cocina bastante grande en la cual se pueden hacer hasta piruetas!
Este primer fin de semana pagamos piso porque recién estamos conociendo así que tuvimos mucha dificultad para entrar a las discotecas y conocer las mejores playas, pero es parte del proceso de aprendizaje así que ya estamos curtidos para la próxima!