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lunes, noviembre 10, 2008

Una velita más (o la angustiante historia del pelito...)


Esta semana cumplí 32 años. Y como ustedes saben, mi cumpleaños se celebra como en provincias (cinco días antes y cinco después). Así que como no podía ser de otra se organizaron varias actividades ad-hoc para tan esperada ocasión. Cenitas por aquí, fiesta en Suba por allá, más fiesta y más brindis, y se cierra la temporada con una fiestecita en el apartamento, al cual llegó gente linda y entretenida a deleitarse con un envidiable tres leches.
¿La parte negativa? Tuvieron que pasar 32 años para darme cuenta que es a esta edad (y nunca antes), que a uno le empiezan a salir los pelitos en la oreja. Hoy vi uno, espero no volver a ver otro, al menos hasta que cumpla 35. Si, lo sé, qué optimismo, pero bueno, el vaso de whisky está mitad lleno.. jajaja.